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REALIDAD HISTÓRICA T omando en cuenta esta realidad, un investigador intelectualmente honesto debe investigar los relatos de la Resurrec- ción en el Nuevo Testamento. Sin embargo, los relatos de la Resurrección en los cuatro evan- gelios, los Hechos de los Apóstoles y la primera carta de san Pablo a los Corintios son todos sorprendentemente diferentes. Las otras partes de los evangelios, desde el Bautismo en el Jordán hasta la Pasión, son muy similares. Sin embargo, los relatos de la Resurrección presentan muchas diferencias. Testigos presenciales del evangelio 28 | A B R I L - M A Y O 2 0 2 1 MATEO, JUAN Y MARCOS Según la atribución tradicional, los apóstoles Mateo y Juan fueron testigos presenciales. Marcos quizás estuvo presente en Jerusalén en el momento de la Pasión. Vivió en Jerusalén con su madre durante los primeros años de la Iglesia y a menudo es identificado como el joven que corrió desnudo desde el huerto de Getsemaní, un incidente que solo él registra. Por tanto, Marcos también es parcialmente un testigo presencial de los acontecimientos de la Semana Santa. DIVERSIDAD EN LOS TESTIMONIOS AU TÉNTICOS La diversidad de los relatos de la Resurrección es, de hecho, un dato revelador del testimonio auténtico de un testigo presencial. Ante un evento de tal magnitud como la Resurrección, es normal que la experiencia y primera impresión de cada persona haya sido distinta. Además, los testigos apostólicos tendrían la gran obligación de dar testimonio de la Resurrección exactamente como la habían experimentado.