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E L P U E B L O C A T Ó L I C O | 27 Justicia económica, pobreza y ayuda social Según la Doctrina Social de la Iglesia, es importante que las propuestas y leyes de ayuda social busquen reducir la pobreza y la dependencia, que fortalezcan la vida familiar y que ayuden a las familias a salir de la pobreza por medio de programas como la asistencia con el cuidado de niños, atención de la salud, vivienda y transporte. El salario debe permitir que los trabajadores puedan proveer para su familia, y debe haber asistencia pública para que las familias vivan con dignidad. Igualmente, la Iglesia llama a que se busque una solución para que las viviendas sean asequibles. Atención sanitaria La atención de la salud debe estar enraizada en valores que respeten la dignidad humana y la vida; que atiendan las necesidades de los pobres, especialmente de los niños nacidos y no nacidos, las embarazadas y otras poblaciones en riesgo. Los empleadores deben tener la oportunidad de proveer atención sanitaria sin comprometer sus convicciones morales o religiosas. Igualmente, mandatos de anticoncepción y aborto son contrarios a la libertad religiosa, pues imponen prácticas contrarias a la fe. Inmigración La Iglesia pide y lucha por que las leyes de inmigración respeten la dignidad de la persona. Pide, por ejemplo, que el racismo o la discriminación no sean el impulso de estas, que los ciudadanos consideren la caridad y la solidaridad con el extranjero, que las familias no sean separadas, que los inmi- grantes no sean maltratados, que se implemente una reforma migratoria justa que respete la dignidad del inmigrante y a la vez el bien común y la seguridad del país. Pide una reforma que incluya un programa de legalización con un camino a la ciudadanía, un programa de trabajo con protección del tra- bajador, etc. Todos estos aspectos tienen que ver con la dignidad humana, pero los asuntos que conciernen a los detalles de las leyes y los procesos son de categoría "prudencial". En estos se admiten diferentes opiniones, siempre y cuando no se viole la dignidad de la persona. No se puede ignorar que se han cometido injusticias serias contra inmigrantes y que merecen atención: la separación de familias, el maltrato y el abuso en los centros de detención, etc. Por eso este es un tema por el que el católico se debe preocupar.