E L P U E B L O C A T Ó L I C O | 9
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rimero nos nutrimos con la Palabra de Dios que se pro-
clama y se explica, y después con el Cuerpo y la Sangre
de Cristo en la Liturgia de la Eucaristía. Necesitamos
de ambas. Las lecturas de la Biblia no solo nos hablan de Dios,
sino que también son la voz de Dios que nos habla a cada uno
de nosotros de manera personal.
Por eso debemos escuchar atentamente, y decir con un
corazón abierto: "Habla, Señor, que tu siervo escucha" (1
Sam 3,9). Esto es lo que hacemos al trazar la cruz en nuestra
frente, labios y corazón: que nuestra mente entienda, nues-
tros labios proclamen y nuestro corazón reciba lo que Dios
nos quiere decir en su Evangelio.
La Liturgia
de la
Palabra
En la Santa Misa encontramos el alimento necesario para
nuestra vida y corazón. Y lo recibimos a través de la Iglesia, no
solo de una manera, sino de dos. Desde hace mucho tiempo la
Iglesia ha utilizado la imagen de las "dos mesas" para referirse
a las dos partes principales de la Misa que nos alimentan:
la Liturgia de la Palabra y la Liturgia de la Eucaristía.
Un paseo bíblico a través de la misa, Edward Sri
What Happens at Mass, Jeremy Driscoll, OSB
Foto de Brandon Young | El Pueblo Católico