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DEFIENDE TU FE
P
rimero es importante clarificar qué
significa este término. La "Inmaculada
Concepción" significa que María fue
concebida sin pecado original, sin la mancha
con la que todos nacemos por el pecado de
Adán y Eva. Ella fue concebida de manera
normal, por un padre y una madre, solo que
recibió una gracia especial de Dios mismo:
Dios la creó y la preservó en estado de gracia.
¿Por qué creemos esto? Los cristianos de la
antigüedad sabían que si María era la "nueva
Eva" (ver p. 8-9), también tenía que haber
sido creada sin pecado, como la primera Eva.
Esto tiene sentido por el hecho de que
Dios decidió actuar por medio de prefigura-
ciones o "tipos" en la historia de la salvación
(ver p. 6-7): en el Antiguo Testamento se pre-
sentaban realidades que prefiguraban algo
más perfecto que se realizaría en el Nuevo
Testamento.
Por ejemplo, Adán era una prefigura-
ción de Jesús. Los primeros cristianos veían
a Jesús como el "nuevo Adán". Así como la
desobediencia de Adán trajo la muerte al
mundo, la obediencia de Jesús trajo la vida.
Aquí se ve cómo el cumplimiento en Jesús
debe ser claramente más perfecto que la pre-
figuración: Adán.
La misma lógica aplica a María, la nueva
Eva. Eva pecó y dijo "no" a Dios al desobede-
cerlo, pero María dijo "sí" a la voluntad de
Dios: "Hágase en mí según tu palabra".
Si María hubiera pecado o tuviera pecado
alguno, no podría ser el cumplimiento de Eva
en el Nuevo Testamento, porque eso la haría
igual a la primera Eva y no más perfecta.
¿Por qué creemos
en la "Inmaculada
Concepción"?