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BUSCAR AYUDA PROFESIONAL Si la familia está teniendo problemas graves de comu- nicación, no debe tener miedo a buscar ayuda profesional. Otra persona puede ayudarles a trabajar en su matrimonio o relación con sus hijos poco a poco. Lo importante es nunca perder la fe y la esperanza, aun cuando los problemas pare- cen no tener solución. Entre muchos servicios se encuentran las psicoterapeu- tas que colaboraron en esta edición: Dra. Yolanda Barrera y Lissa Jiménez (ver p. 29) y también St. Raphael Counseling 720.377.1359. JUGAR Y PASAR TIEMPO CON LOS HIJOS Los hijos comienzan a aprender sobre el amor no cuando van a la escuela, sino cuando los padres se los demuestran con acciones y palabras. Un ejemplo es haciendo cosas que a os hijos les gusta: jugar con los juguetes, prac- ticar algún deporte, ir al parque, dibujar, leer un cuento, ver una película, etc. Los fines de semana son muy importantes para llevar esto a cabo, pero también las tardes después del trabajo son de suma importancia. COMER JUNTOS (SIN TELÉFONOS) Intentar compartir los alimentos juntos al menos una vez al día ayudará a la fami- lia a aprender a comunicarse mejor. Entre semana, puede ser la cena y los fines de semana incluso más de una vez. Pero al comer en familia es importante dejar los teléfonos celulares al lado. Aunque les cueste un poco a los hijos, los padres deben de implementar la práctica de recoger todos los celulares y dejarlos en un cesto o en otro lugar para que no causen distracción. APARTARSE UN POCO DE LA TECNOLOGÍA Limitar el uso de la tecnología de los hijos les ayudará a usar su creatividad para diver- tirse. Se ha comprobado que los niños que a diario pasan tiempo frente a una pantalla son más propensos a tener problemas de autocontrol, falta de creatividad e incluso a tener ansiedad y depresión. Por eso, los padres no deben tener miedo a que los niños se aburran: así aprenderán a ser creativos para divertirse. Si es necesario se debe des- conectar la caja del internet. También es importante invertir en un filtro de seguridad para proteger a los hijos y al esposo o esposa del daño que causa la por- nografía. No debemos ser ingenuos creyendo que nuestros hijos o pareja no están expues- tos a este mal. Además de ser altamente adictiva, la pornografía enseña una imagen errónea de la sexualidad, en el que el centro no es la entrega en el amor sino el uso del otro como objeto de placer. 02 Tiempo en familia E L P U E B L O C A T Ó L I C O | 19