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13 EL PUEBLO CATÓLICO | OCTUBRE 2018 D ebido a los escándalos de abuso sexual ocurridos en Estados Unidos mucha gente se pre- gunta con qué criterio se admiten a los jóvenes en los seminarios. Por ello ofrecemos este artículo en el que expli- camos cómo los seminarios de la Arqui- diócesis de Denver evalúan a aquellos jóvenes que vienen con la inquietud sobre la vocación al sacerdocio. La Arquidiócesis de Denver cuenta con dos seminarios: Saint John Vianney y Redemptoris Mater, que han liderado durante casi 30 años la investigación diligente de seminaristas y la formación de futuros sacerdotes sanos. "Nuestra tarea consiste en formar hombres virtuosos con el corazón de Jesús, que mueran a ellos mismos, que estén dispuestos a servir donde estén llamados y que sirvan a los fi eles confi a- dos a su cuidado con caridad pastoral", dijo el arzobispo Samuel Aquila. "El sacerdocio no se trata de uno mismo, sino de servir a Cristo y a la Iglesia, donando la propia vida como Cristo donó su vida por nosotros", aseguró. Por su parte el padre Daniel Leonar- drector del seminario St. John Vian- ney, indicó que "la generación actual de seminaristas es la más estudiada". Christina Lynch, quien ha trabajado durante 12 años como directora de servicios psicológicos del seminario, asegura que las pautas para examinar candidatos han evolucionado con el tiempo y siguen siendo cada vez más estrictas. "Lo que ocurrió en el pasado nos muestra que si tú no quieres ver algo no lo ves", dice. "Esto ha cambiado en los seminarios". "Creo que la diferencia no es solo el espíritu de transparencia sino que funciona en ambos sentidos", asegura. "Los hombres sienten que sus forma- dores están ahí para su mejor interés". SELECCIÓN El proceso de selección en el semina- rio comienza en el momento en que los hombres muestran su interés en seguir el sacerdocio. Para el seminario St. John Vianney, los candidatos deben reunirse primero con el director de vocaciones, el padre Ryan O´Neill, quien busca conocer la vida personal, espiritual y familiar de cada hombre durante un periodo de tiempo. El siguiente paso consiste en llenar una aplicación que consta de aproxi- madamente 20 páginas, el certifi cado de no antecedentes penales, una auto- biografía, cuatro cartas de referencia y, si se aplica, el expediente académico de la universidad. Por otro lado, aquellos interesados en ingresar al Redemptoris Mater deben someterse a un doble proceso de admi- sión que viene del Camino Neocatecu- menal y que "incluye la selección de candidatos en un proceso que consta de cuatro partes, entre ellos, una selección por parte de sacerdotes y laicos antes de que ellos sean recomendados por una admisión al seminario tanto a nivel local como regional y nacional", dice el padre Tobías Rodríguez-Lasa, rector de este seminario. "Si estos procesos de selección cul- minan de manera exitosa y si los can- didatos se sienten preparados, ellos son invitados a participar en el retiro vocacional internacional en el que son analizados una cuarta vez", dice. Después, los candidatos pasan por un el proceso estándar que tiene la Arquidiócesis. Quienes aspiran ingresar a ambos seminarios deben pasar por un proceso psicológico integral donde se evalúa si tienen la capacidad para ingresar al seminario. La evaluación cubre una variedad de áreas, incluyendo el desa- rrollo psico-sexual y la historia familiar. Los análisis también detectan si existe algún tipo de adicción que el candidato pueda tener o si sufre de atracción al mismo sexo. "Hacemos preguntas muy riguro- sas en esta entrevista y luego elabora- mos una serie de pruebas como la de personalidad y las proyectivas", dice la doctora Lynch. "Es una entrevista extremadamente profunda". Finalmente el comité de admisiones (que incluye rectores y otros miembros del equipo del seminario) elabora una entrevista al candidato. Los aspirantes pueden ser rechaza- dos en cualquier momento del proceso de selección. De acuerdo con la doctora Lynch y el padre O'Neill, los problemas comunes que impiden que los hombres sean aceptados son adicciones, tenden- cias homosexuales profundamente arraigadas o trastornos de personalidad que pueden incluir la inhabilidad para controlar las inclinaciones sexuales poco saludables. "La Iglesia católica es para todos", dice el padre O'Neill, "pero el seminario no. El hecho de que un joven quiera ser sacerdote no quiere decir que necesa- riamente llegará a serlo". DENTRO DEL SEMINARIO La selección no termina cuando se entra al seminario. "Una vez ellos son admitidos, son evaluados constante- mente por un equipo de formación, por supervisores de apostolado y por sus mismos compañeros", dice el padre Leonard. Una mayor parte de la vida del semi- nario es la formación. En el seminario St. John Vianney, tiene cuatro pilares: humano, intelectual, pastoral y espiri- tual. Además los seminaristas realizan un año de espiritualidad dedicado a la oración y el discernimiento. "Es un año en el cual los candida- tos están verdaderamente desconec- tados del mundo para que puedan así sumergirse en las partes más profundas y misteriosas de su corazón", dice el padre O´Neill. "El año de oración enseña al candi- dato cuál es la prioridad en su vida cris- tiana", agrega "y permite un honesto dis- cernimiento en el celibato sacerdotal". La formación en el seminario Redemptoris Mater de Denver dura alrededor de diez años, los cuales incluyen dos o tres años de experien- cia misionera. Durante este tiempo los seminaristas son monitoreados por los sacerdotes y laicos en diferentes situa- ciones fuera del seminario. "El hecho de que sea un tiempo más largo y que los seminaristas estén expuestos a una variedad de lugares no institucionales le da al equipo de for- mación más y mejores oportunidades para identifi car y actuar sobre cualquier potencial problema que pueda apare- cer en la evaluación psicológica inicial, durante la formación o los años de estu- dio o durante la experiencia misionera", dice el padre Rodríguez-Lasa. El doctor David Kovacs, psicólogo clínico del seminario St. John Vianney, dijo que el vivir en el seminario hace que sea difícil que permanezcan ocultas aquellas difi cultades más profundas que pueda presentar el candidato. Las evaluaciones son una gran herra- mienta para ver lo que sucede debajo de la superfi cie, aquello que la gente no puede ver", dice el Dr. Kovacs. "Y una vez ellos ingresan ahí hay muchos ojos observando a ese muchacho". Los dos seminarios de Denver tienen como formadores a personas que los acompañan y que monitorean su com- portamiento, así como las evaluaciones rutinarias. El equipo del seminario St. John Vianney y del Redemptoris Mater con- tinúa así esforzándose por alcanzar la transparencia, el análisis riguroso de los seminarios y, especialmente la excelencia para formar a los sacerdotes de la mejor manera posible - los que están comprometidos a servir al pueblo de Dios y llevarlos a un encuentro con Jesucristo. POR MOIRA CULLINGS moira.cullings@archden.org El seminario de Denver tiene un riguroso proceso de selección y formación de sus sacerdotes nos muestra que si tú no quieres ver son invitados a participar en el retiro vocacional internacional en el que son analizados una cuarta vez", dice. Después, los candidatos pasan por un el proceso La Iglesia Católica es para todos pero el seminario no". P. RYAN O´NEILL "

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